Uno de los negocios que más fama tenían de rentables eran las farmacias. Todos los recién licenciados deseaban abrir la suya propia en lugar de trabajar para otras e incluso aquellas familias que contaba con una concesión hacían lo posible para que sus hijos estudiasen la carrera y siguieran con la tradición familiar, ya que la transmisión de las mismas únicamente puede realizarse a favor de otro farmacéutico.
Los retrasos en los pagos por parte de las comunidades autónomas y la crisis económica están haciendo que este negocio deje de ser tan boyante como lo era en otros tiempos, pero no ha dejado de ser una apuesta de éxito y en la que además existen muchas más vías de explotación