La realidad se ha transformado de una manera realmente grande de un tiempo a esta parte. Es algo que hemos escuchado hasta la saciedad pero que solo podemos comprobar si echamos la vista hacia atrás… pero no a hace muchas décadas. Basta con que comparemos la actualidad con, por ejemplo, el año en el que empezó la peor crisis de lo que va de siglo, el 2008. Hay tantas diferencias entre un momento y otro que parece ciencia ficción que solo hayan pasado 13 años entre ambos. Nada tiene que ver con lo que existía entonces.
Una de las cosas que ha protagonizado el cambio tiene que ver con la fuerza de Internet. En 2008 ya se hacía muchísimo uso de la red para una buena cantidad de cosas, pero lo cierto es que, ahora, Internet llega a todo. El comercio electrónico es mucho más seguro, hay muchas más páginas web y cualquier trámite (con cualquier administración pública, quién lo iba a decir) se puede resolver a través de una vía telemática. La vida de la gente ha ganado en comodidad desde que esto es así y la verdad es que se agradece que se produzca este tipo de avances.
La mayoría de las empresas han visto en la red una oportunidad espectacular para darse a conocer entre otro tipo de públicos. A muchas entidades, realizar diferentes campañas de marketing a través de Internet les ha permitido obtener unos beneficios que de otra manera hubieran sido imposibles. No cabe la menor duda de que todo lo que esté relacionado con lo digital proporciona numerosas ventajas y que, sin ello, nuestras opciones para hacer de nuestra entidad algo rentable disminuyen de una manera realmente considerable. Internet ha sido, en efecto, uno de los motivos por los que logramos salir de esa crisis de 2008 de la que hablábamos en el primer párrafo.
La publicidad en Internet es necesaria para promocionar de manera correcta un negocio y que tenga posibilidades de crecer. Pero hay que tener clara una cosa: en la red hay una gran cantidad de anuncios engañosos, por lo que tenemos que sonar claros y ganarnos la confianza de cada internauta para que nuestra inversión tenga frutos. Una noticia publicada en la web de eltiempo.com indicaba algunas de las maneras para reconocer la publicidad engañosa en Internet haciendo referencia, al mismo tiempo, que en noviembre y diciembre (a causa de la llegada de la Navidad, claro está) hay muchos anuncios engañosos relacionados directamente con el comercio electrónico.
El portal web Legal Today aseguraba, por otro lado, que el marketing viral y la publicidad engañosa se han convertido en algo habitual en los momentos en los que nos encontramos, sobre todo en lo que a publicidad subliminal se refiere. Es en este tipo de asuntos en los que podemos tener algún problema legal que nos va a traer grandes problemas y que puede acabar con la buena reputación que pudiéramos estar construyendo desde hace mucho tiempo. Y es que, la publicidad, si no se hace bajo el amparo de la ley, es un arma de doble filo.
Hacer una buena publicidad en Internet, una publicidad que sea original y que se encuentre en el marco de lo que indica la Ley, es la mejor manera de que nuestro negocio empiece a adquirir esa reputación que es imprescindible para asegurarnos una cierta rentabilidad. La población es consciente de que en Internet hay muchos engaños y que, por ende, solo los anuncios que nos transmitan seriedad y confianza son de fiar. Los profesionales de Hotel-Up nos han comentado que, desde el sector hotelero, apostar por una publicidad seria, real, legal y de confianza en la red ha sido uno de los propósitos más importantes en los últimos años.
Se pilla antes a un mentiroso…
… que a un cojo, dice el refrán. Y eso es aplicable a lo que sucede en el mundo de la publicidad en Internet. A pesar de ello, todavía son muchas las entidades de dudosa reputación que publicitan en Internet muchos anuncios que tienen trampa y cartón. El sector hotelero ha tratado, a toda costa, de huir de este tipo de publicidad y la verdad es que lo ha conseguido. Por eso, su influencia a través de medios como las redes sociales, blogs, webs o posicionamiento en Google es tan grande.
No nos cabe la menor duda de que la Ley va a seguir amparando al usuario de la red y que cada vez lo va a hacer con más tino. Es lo que, en estos momentos, nos hace falta para terminar de ver en Internet el medio del presente… y, por supuesto, del futuro. Y es que una publicidad que sea verdadera y honesta es la mejor presentación de cualquier negocio, con independencia de la actividad y el negocio al que se dedique.