Uno de los momentos que más agobio e inseguridad nos produce es cuando llega el momento de gestionar todo lo que tiene que ver con la herencia de un familiar recientemente fallecido. Se trata de un instante en el que, por regla general, existe mucha tensión entre las familias. Es una verdadera lástima que sea así, pero es la realidad y no podemos ocultarla de ninguna de las maneras. La herencia de una persona genera muchas veces más problemas de los que existían con anterioridad y la mejor manera de que no se produzca esto es que se gestione de la manera más profesional posible.
Actualmente, uno de los problemas más grandes que tienen enfrente las familias a la hora de enfrentarse a una herencia es que no conocen al dedillo la legislación que tiene que ver con esta materia. Esto es lo que termina generando un montón de malos entendidos entre los familiares y que nadie tenga claro qué derechos tiene y cuáles son sus obligaciones en la materia. Por eso, la mejor alternativa siempre va a consistir en dejar el tema en manos de los mejores profesionales, como os estábamos indicando en el párrafo anterior.
Recibir una herencia no es un caso al que mucha gente esté acostumbrada. Y eso es lo que provoca que exista un desconocimiento general y lógico de la legislación que las regula. Estamos hablando del supuesto en el que las familias consideran que es más importante la presencia de un abogado, tal y como recoge una encuesta que fue emitida por FCC Abogados y que muestra el miedo con el que muchas personas afrontan un momento como este. Tener la seguridad de que alguien está velando por nuestros derechos es algo que se valora especialmente en asuntos como este.
En los párrafos que vienen a continuación veremos que se han producido numerosas renuncias a herencias en España en los últimos años. Aunque es verdad que muchas se producen por el hecho de que conllevan deudas, a otras se renuncia porque simplemente no contamos con la ayuda necesaria para conocer cuáles son nuestros derechos y la información básica en relación al asunto. Esto último tiene solución y, desde luego, debemos poner todos los medios que se encuentren a nuestro alcance para conseguir lo que es nuestro y lo que nada ni nadie nos puede ni debe arrebatar.
En una noticia publicada en el diario Newtral se informaba de que el número de renuncias a herencias aumentó en un 25% a lo largo del año 2021. En total, fueron más de 55.000 las que se rechazaron en todo el territorio nacional. Es significativo que haya tanta gente que se haya querido quitar del medio un asunto como este. En la noticia, por cierto, también se hace referencia a la enorme cantidad de tiempo que pasa desde el fallecimiento de la persona que traspasa sus bienes hasta que sus herederos obtienen la herencia. Ese lapso de tiempo se puede deber a muchas cosas, desde la falta de interés hasta el desconocimiento de derechos de los familiares, entre otros.
En otra información, en esta caso publicada por The Objective en marzo de este mismo año, se aclaraba que las renuncias a las herencias se habían triplicado en apenas 12 años. El motivo principal de que esto fuera así no era otro que las cargas económicas y las deudas que llevaban asociadas dichas herencias. Y es que, si nos ponemos en la situación de las personas que se han visto con derecho a una herencia en los últimos tiempos, también hubiéramos querido optar por el camino de la renuncia a la herencia.
Un reflejo de la sociedad en la que vivimos
Las herencias son un reflejo de la sociedad en la que vivimos o en la que hemos vivido recientemente. El hecho de que haya tanta gente que ha fallecido teniendo deudas es una herencia (y nunca mejor dicho) de todos esos años de crisis económica que comenzaron en 2007. También tiene mucho que ver con el hecho de que en España existen salarios bajos y problemas para llegar a fin de mes. Si analizáramos de manera pormenorizada el asunto, nos daríamos cuenta de que en países como Alemania, Francia, el Reino Unido o los países escandinavos no tienen estos problemas.
Es evidente que seguirá habiendo muchos problemas en relación a un tema como el de las herencias, que siempre está en boca de todos. Pero eso no quiere decir que no exista una manera justa y rápida de hacer las cosas en este sentido. Como ocurre en el resto de facetas ligadas a la justicia y la ley, todo depende de en quién depositemos nuestra confianza para gestionar el asunto. Acertar en ese plano es de una importancia realmente grande. Es ahí donde no podemos fallar.
