Los notarios estamos acostumbrados a trabajar con abogados y procuradores de manera habitual, y estamos contentos con ello, pues son profesionales del Derecho que conocen bien las leyes y saben como hacernos la vida fácil a los notarios con la documentación y procesos que hay que realizar en la oficina notarial.
Estas profesiones son liberales, al igual que la de médico, lo que implica estar dado de alta en autónomos o la mutua correspondiente. Y igualmente tienen un riesgo bastante elevado al principio de empezar a ejercer, pues la competencia que hay hoy en día es abrumadora y deja a muchos profesionales válidos en la estacada.
Y para nada ayuda la manera que hay de llegar a la profesión hoy en día, que aunque en el fundo tiene un propósito positivo para estas profesiones, se está ejecutando de una manera muy nefasta. Actualmente, para acceder a la profesión de abogado o procurador hay que hacer un master específico después de terminar la carrera de Derecho.
Tras los planes de Bolonia, una vez acabado este master que es algo similar a los másteres de práctica jurídica, deben de hacer un examen de capacitación tipo test que se convoca dos veces al año. Actualmente estos exámenes no son difíciles de superar si se ha finalizado una carrera y un máster, pero esperar a la fecha ha sido tedioso para una gran cantidad de estudiantes.
Esto es algo que se ha puesto de manifiesto por el Consejo General de la Abogacía, ya que la segunda convocatoria de 2018 se celebró en diciembre en lugar de octubre que es el momento en el que se ha venido celebrando los años anteriores. Esto produjo una gran alerta pues parece que se quería restringir aun más el acceso a la profesión retrasando estas pruebas.
Los exámenes para acceder a la procura no han sufrido estas dilaciones a la hora de convocar los exámenes, pero se enfrentan con un futuro bastante incierto en la profesión. Además, a día de hoy es una profesión en la que es más difícil salir adelante, debido a que los procuradores con experiencia se llevan a la mayoría de clientes que van de la mano de abogados.
Los trabajos que nadie ve
Y es que todavía es una profesión cuya justificación resulta difícil para una parte del conjunto de la sociedad. Pues son los encargados de comunicarse con la Administración en la mayoría de procedimientos (excepto en los inferiores a dos mil Euros, los de Jurisdicción voluntaria y otros contemplados en las leyes procesales)
Tras la aparición de LexNet, la plataforma que permite comunicarse telemáticamente con el Juzgado y que elimina de un plumazo el papel en los juzgados (o eso dicen porque no es cierto), los procuradores han pasado hacer un trabajo de escaneo, procesado y envío de información, lo que muchos abogados y ciudadanos ven que lo podían hacer los letrados.
Pero la figura del procurador va más allá de esto, pues son los encargados de la defensa procesal de los intervinientes en procedimientos. De hecho, son los que más contacto tienen con jueces, Letrados de la Administración de Justicia y funcionarios, a los que acuden cuando hay algún problema o asunto que ver respecto a un caso.
Otra parte que pocos ven es el tema de los aranceles, pues es el sistema de cobro de los procuradores. Es decir, un procurador cobra una cantidad fija de dinero independientemente del trabajo que realice. Contra más altas son las cuantías, más altas son las cantidades que percibe el procurador.
Pero Hacienda ha creado un cerco sobre ellos, pues ha estimado cuánto debe de cobrar un procurador por cada trabajo respecto al baremo, y le obliga a computar esa cantidad en las declaraciones. Esto es un problema, pues los procuradores tienen derecho a hacer descuentos que se han visto limitados al 15%, y les crea una inseguridad muy grande de ser revisados continuamente.
En cualquier caso, los procuradores son profesionales del Derecho que realizan una función muy importante. Si me permiten una opinión personal, siempre he admirado a los procuradores de Sevilla Flores en Murcia, no solo porque actúan en todo el partido judicial, sino porque es el primer despacho del sector en integrar sistemas de gestión de calidad.